miércoles, 25 de mayo de 2016

Reflexión Miriam Yusta Palero


REFLEXIÓN FINAL

El viaje que comenzamos hace cuatro meses por el mundo de la innovación, llega a su fin. Creo que después de este tiempo, se nos ha abierto un universo del que será difícil escapar, ya que nuestros pensamientos ahora se derivan hacía un cambio en la educación, sobre todo en los que componen esta y en el papel que ocupa el profesor en este proceso.
Cuando empezamos las clases de innovación, la profesora nos preguntó que esperábamos de esta asignatura y que era para nosotros innovar. En ese momento, en el que no tenía ninguna idea sobre este tema, pensaba que estaba dirigido a las nuevas tecnologías en el aula o a materiales innovadores que nos servirían para enseñar a los niños de una manera distinta.

Ahora sé que no solo es eso, sé que implica mucho más. Para mí la innovación en el aula es ir más allá de lo material, es hacer crecer a los niños con distintas técnicas, en las que son participes ellos mismos. Estos promueven su propio aprendizaje, gracias a la ayuda de un docente, que les guiará en su camino hacia una educación más completa y reflexiva.

La innovación en el aula compromete a toda la comunidad educativa, pero creo que todo empieza desde el docente que educa a los niños en el aula. Este concepto implica un cambio de mentalidad, para la renovación de la educación. El docente es una pieza clave en el desarrollo de los niños. Este debe promover el trabajo en equipo, así conseguirá un aprendizaje cooperativo, les debe estimular y motivar para sacar el máximo rendimiento posible. También debe fijarse en las capacidades individuales de cada alumno y conseguir un aprendizaje equitativo, que cada niño aprenda a su propio ritmo y según sus necesidades.

La formación del profesor también es clave para conseguir una educación innovadora, ya que este debe estar formándose constantemente, debe ser crítico y no conformarse con simples objetivos, debe ir más allá, construir nuevos aprendizajes. También debe contar con la ayuda o el apoyo de las familias y la comunidad educativa. Estos serán fundamentales para un buen desarrollo personal y profesional. Es muy importante que el profesor tenga el papel de guía y que sea observador, sin olvidar lo fundamental que es la investigación-acción que realiza el mismo.
Otro factor a tener en cuenta, es la reflexión como estrategia docente. En mi opinión es fundamental hacer reflexionar a los niños en el aula. Es una forma de hacerles participe en su propio aprendizaje y de que ellos mismos se den cuenta de esto. Creo que la reflexión en los alumnos incita a querer aprender más, también a que sean más autónomos y más seguros de sí mismos.

Por otro lado, también es muy importante que esta reflexión sea compartida, tanto con los iguales como con el profesor o familia. A través de esta, niños y adultos aprenderán unos de otros. A veces, algunas personas creen que de los niños no se puede aprender nada y están muy equivocados. Estos son capaces de reflexionar como personas mayores, pero para esto necesitan la estimulación que puede proporcionar su entorno más próximo, con los que conviven día a día.

También el profesor, deberá trabajar en conjunto con el equipo docente y familia, para resolver los posibles problemas que presenten los niños.
Esta colaboración es vital para el bueno desarrollo del niño durante las edades más tempranas. La familia será un punto de apoyo muy importante en la educación de sus hijos, por esto es tan importante su comunicación con el tutor de los niños. Estos deberán compartir información sobre los pequeños, sus inquietudes, problemas, pensamientos, etc. Para conseguir una educación más completa, que sea más efectiva y duradera. El papel de las familias, será traspasar a los niños lo aprendido en el colegio a su vida diaria, por lo que tendrán un doble aprendizaje.

En el aula de infantil, la investigación es otro elemento a tener en cuenta por el docente. Este debe indagar distintas formas o métodos de enseñanza para conseguir un aprendizaje más efectivo en sus alumnos. Las distintas formas de exploración para encontrar nuevas tácticas que estimulen, motiven y eduquen a los niños, las debe encontrar el propio maestro con su continuo reciclaje, debe estar en continua formación como he dicho antes.
Una buena herramienta puede ser la investigación acción, en la que el docente se enfrente a nuevas situaciones a través de la reflexión. Con el análisis de las experiencias sobre la práctica educativa, cada docente tendrá la capacidad de reflexionar sobre su propio trabajo, planifique en que puede mejorar e intente actuar, introduciendo mejoras en su metodología de enseñanza. Gracias a esto, saldrá beneficiada toda la comunidad educativa, pero sobre todo los niños.

Después de trabajar en clase temas muy diversos sobre la innovación y aprender los distintos conceptos que engloban a esta, he podido percibir que los proyectos de innovación curricular son imprescindibles para el día a día de los colegios. Creo que no hay muchos colegios que utilicen programas innovadores en sus aulas y esto no debería ser así, aun se trabaja de forma muy tradicional en algunos centros y esto supone un retraso en la educación del futuro.
Está demostrado que los colegios con proyectos innovadores obtienen mejores resultados, que los que prescinden de ellos, por lo que habría que fomentar su uso. Este cambio comienza con el cambio de mentalidad mencionado al principio de la reflexión.

En conclusión, el cambio de la educación está en nuestras manos y nosotros como futuros docentes debemos aprender nuevas formas para motivar el aprendizaje de los niños, muchos de estos objetivos se conseguirán a través de la innovación en las aulas, para ello se necesita interés y sobre todo ganas de investigar y crear una escuela mejor, que nos lleve a una sociedad más satisfactoria. ¡¡Comencemos a innovar!!


Miriam Yusta Palero

Reflexión Beatriz Vida Piris


- Reflexión final, la innovación educativa -
Beatriz Vida Piris (B4)

Antes de comenzar el cuatrimestre, aparecieron en mi cabeza muchas preguntas en relación a la materia... ¿qué es la innovación educativa?, ¿en qué consiste?, ¿es complicado ser un docente innovador hoy en día?, ¿existe alguna receta para lograrlo?
A medida que fue pasando el curso, fui acumulando información muy diversa, que poco a poco, gracias a mis conocimientos previos, al trabajo y la reflexión, pude hilar todas las ideas, contestando así a los interrogantes que me suscitaba la materia antes de empezar.
La innovación consiste en tener la capacidad de crear algo diferente, novedoso y atractivo, utilizando para ello los recursos que tienes a tu alcance. Para innovar, hay que coger lo habitual, lo ya estipulado y renovarlo. Porque llega un momento en el que las ‘cosas’ del ayer no nos sirven de la misma manera para el hoy.
Y así pasa con la educación, está atrasada porque se basa en ideas del pasado. El tiempo avanza y la educación no evoluciona. Por eso, la única manera de renovar la enseñanza, de forma que nos adaptemos mejor a los tiempos de ahora, es a través de la innovación en la educación. Pero... ¿Qué es la innovación educativa y cuál es su objetivo?
La innovación en las aulas consiste en un largo proceso que persigue el cambio educativo, y que comienza por la transformación de la mentalidad docente, así como de la comunidad educativa en general.
Si una cosa se debe tener claro para llegar a ser un docente innovador, es que no se puede ser vago. Se debe estar en constante renovación y esto solo se puede conseguir a través la formación continua, la investigación, el diálogo, el trabajo en equipo, y la reflexión de la práctica educativa, adoptando para ello una actitud indagadora y objetiva.
Es importante reforzar la idea de que un maestro nunca tiene que dejar de aprender, además debe de ser consciente de lo que hace, teniendo autocrítica para no repetir patrones que con el paso del tiempo han quedado obsoletos. Intentando comprender la realidad del contexto en el que se desenvuelve el proceso de enseñanza-aprendizaje, para comprender mejor a sus estudiantes y poder adaptarse a ellos, teniendo en cuenta sus experiencias previas, detectando sus dificultades para ayudarles a mejorar, descubriendo sus talentos ocultos e intereses y despertando su curiosidad por conocer e indagar.
El maestro debe proporcionar a sus alumnos aprendizajes útiles para la vida, actividades experienciales e introspectivas en las que se intente relacionar todas las áreas curriculares entre sí, fomentando el trabajo cooperativo (¡No competitivo!) entre iguales, hacia la construcción del propio aprendizaje, la búsqueda del pleno desarrollo tanto individual como colectivo, así como del crecimiento personal de todos los niños y niñas de la clase.
Para que el docente adapte su práctica a la realidad del aula, debe construir y reconstruir constantemente marcos educativos a través de la propia evaluación de su trabajo pedagógico, teniendo muy en cuenta la opinión objetiva del resto de profesores, creando para ello momentos de intercambio de diálogos reflexivos (se recomiendan las triadas reflexivas, ya que facilitan enormemente el aprendizaje mutuo entre profesores).
Por lo tanto, los docentes, debemos tomar como hábito el investigar y reflexionar sobre lo que se hace, antes y después de la acción. Teniendo en cuenta que hay que evaluar, mediante la observación objetiva y crítica, revisando fallos y pensando posibles alternativas para mejorar la acción, compartiendo nuestras ideas con otros compañeros que nos ayuden a contrastarlas y enriquecerlas, lo que nos llevará de nuevo a formarnos para encontrar nuevas propuestas sobre las que reflexionaremos de nuevo, llevaremos a la práctica, y así constantemente. Esto conseguirá que la práctica y teoría estén más unidas, proporcionando aprendizajes más reales y coherentes a los estudiantes. Por eso, se debe tener en cuenta que esta cadena de acciones no puede dejarse de llevar a cabo si realmente queremos innovar, mejorar la docencia de hoy en día y aumentar el desarrollo profesional en los centros.




Todo esto se puede resumir con la siguiente  ‘receta’ para profesores:





Como se puede comprobar, en la innovación educativa tiene un papel fundamental la mentalidad del maestro. Pero no solo eso, la cultura de las instituciones influye enormemente en la innovación, y actualmente en nuestro país pocos centros están realmente preparados para llevar a cabo una verdadera educación innovadora.
Por ello, necesitamos preparar a las escuelas hacia la innovación, partiendo en primer lugar del cambio de pensamiento docente y siguiendo por la renovación de la legislación y organización de los centros educativos de nuestro país, para crear escuelas en las que prime la libertad del alumnado, la formación continua del profesorado, el constructivismo basado en pequeños proyectos, la nueva organización de los espacios para crear clases abiertas y heterogéneas en las que todos aprendan de todos, concienciar de la importancia de tener iniciativa compartida entre equipo directivo-docente y las familias, procurar establecer una buena conexión entre las inteligencias básicas y las múltiples de Howard Gardner para potenciar ambas partes del cerebro de los niños y conseguir que sean más brillantes y creativos, teniendo en cuenta que el principal objetivo de las escuelas no es la transmisión de conocimientos, sino la de preparar a los niños para la vida, buscando la transformación social que facilite la vida en comunidad para todos y todas.
Porque como bien dijo Einstein en su día...

“La educación es todo aquello que queda, después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela”

Reflexión Raquel Valero Alique


REFLEXIÓN FINAL


En primer lugar, quiero comenzar mi reflexión definiendo la palabra Innovación y a su vez innovar, para poder así comprender el resto de mis palabras.

Según el diccionario WordReference, innovación es alterar las cosas introduciendo novedades, esas novedades son cosas nuevas, que antes no existían, no se usaban o no se conocían.
En relación a lo anterior descrito, la educación actual debe ser orientada hacia ese campo innovador, se deben realizar una serie de cambios para conseguir una educación de calidad adaptada a las características individuales de cada uno de nuestros niños.

En la actualidad, numerosos docentes ya practican una educación innovadora en la que se incluye el trabajo colaborativo y cooperativo. Esta práctica consiste en el trabajo de los alumnos en equipos de 3-5 componentes por grupo, esto ayuda no solo al niño en su propio aprendizaje individualizado sino también al resto del grupo que desarrollan sus capacidades conjuntas.

Para que un proyecto educativo sea innovador debe poseer las siguientes características:

o   Existencia de una práctica creativa en la que relacionemos la teoría con la práctica, puesto que ambas son muy importantes para poder realizar un mejor trabajo en nuestra aula.
o   Basarse en la enseñanza-investigación, reforzando la importancia de la investigación en los docentes para poder avanzar como profesionales y así ayudar a los niños/as.
o   Profesor como mediador de sus alumnos, ofreciéndoles las oportunidades e instrumentos necesarios para un mayor desarrollo de sus capacidades, y para ello el profesor debe estar lo suficientemente formado.
o   Trabajar inteligencias múltiples, es decir, trabajar todas las inteligencias de los niños/as de forma individualizada,  potenciando en cada uno de los niños la inteligencia que destaque, y no únicamente en la inteligencia tradicional.
o   El aula debe ser confortable y manejable para que los niños/as puedan realizar trabajos colaborativos.

Para que un maestro llegue a impartir clases innovadoras y que funcionen debe reflexionar constantemente sobre su práctica educativa. Si un maestro no se autoevalúa y reflexiona sobre lo que está haciendo bien para reforzarlo y sobre lo que está haciendo mal para mejorarlo, no se llegará nunca a realizar una práctica educativa innovadora de verdad.

Si el educador quiere que esta reflexión surja efecto, es muy importante que exista una relación muy estrecha entre los alumnos y el profesor. Para que esta relación sea fructífera debemos:
o  Escuchar a los niños dedicándoles el tiempo necesario para resolver cualquier duda que les pueda aparecer.
o  Observar a cada uno de nuestros alumnos en los diferentes momentos en los que está experimentando, para poder brindar soluciones a distintos problemas que puedan ir apareciendo.
o  Conseguir que nuestra aula presente un clima de confianza y seguridad para que los niños se sientan cómodos y motivados para experimentar y por tanto aprender.

Todo esto nos lleva a que el profesorado no sea pasivo en las aulas, sino que sea un mediador entre sus alumnos y el aprendizaje de estos, aportándoles diferentes instrumentos que llevarán a un mayor aprendizaje y desarrollo de los mismos. Para ello debemos innovar y no basarnos en dar una clase tradicional donde se enseñen conceptos y deban aprenderlos.

La reflexión no es sólo una práctica docente, sino que es aquella práctica válida para todo ser humano. Del mismo modo que una persona reflexiona sobre sus actuaciones en un momento determinado de su vida, el docente tiene que reflexionar  sobre aquellos momentos en el aula, en los cuales ha puesto más empeño para que sus alumnos aprendieran o en lo que su explicación no ha salido como esperaba. Ser docente implica un constante pensamiento en el trabajo, una preparación previa de las clases para que los alumnos aprendan aquello que les queremos enseñar.

A parte de reflexionar, para que un proyecto educativo sea innovador ha de cambiar el método de impartirse, como innovación en este ámbito creo que es muy importante el trabajo en el aula a través de Proyectos de todas las materias que se imparten en los centros. Gracias a este trabajo por Proyectos, estamos llevando a cabo una metodología innovadora que mejora nuestros centros y por tanto la educación de nuestros alumnos.
Al trabajar por proyectos los alumnos aprenden investigando, experimentando y viviendo cada uno de los procesos de enseñanza-aprendizaje, además de contar con el extra indispensable de nacer de sus propios intereses e inquietudes, y es precisamente por esto por lo que son tan importantes y ofrecen tan buenos resultados. Sin embargo, para trabajar correctamente en esta línea se necesita de una implicación total de los maestros. Es necesario un gran trabajo de elaboración, preparación de materiales y recursos y, como no, de evaluación.
Trabajando en esta línea también se favorecen las relaciones sociales y, con ellas, normas sociales de convivencia y valores tan importantes como la cooperación y el respeto, ya que los proyectos facilitan el trabajo en pequeños grupos y, por tanto, les ayuda a aprender a organizar el trabajo, las ideas y a repartir responsabilidades.

Para que todo esto sea posible el tutor del aula debe estar inmerso en un proceso constante de investigación-acción. Como hemos leído en los artículos proporcionados en clase, Según los de Latorre (2005), actualmente existen dos maneras de entender la relación entre enseñanza e investigación:
o    La enseñanza como actividad técnica. Este punto de vista nos muestra que la enseñanza es una actividad siempre igual en la que el profesor sigue unas conductas llamadas causas para desencadenar unos aprendizajes en los alumnos, es decir, causa una serie de efectos en estos.
o    La enseñanza como actividad investigadora. En este caso la actividad de la enseñanza no consiste en seguir unas reglas marcadas por las instituciones, sino reflexionar sobre la propia práctica que como maestros estamos llevando a cabo y aprender de ello.

Para poder llevar a cabo esta investigación y esta acción el profesor tiene que estar en continua formación para no quedarse obsoleto en sus conocimientos y en su forma de impartir las clases. Estos tres procesos, investigación, acción y formación es un ciclo y debe darse continuamente. Uno sin los otros no podrían producirse.


BIBLIOGRAFÍA
- Latorre, A. (2005). El profesorado como investigador. En La investigación acción. Conocer y cambiar la práctica educativa. (7-21). Barcelona: Graó.
- Latorre, A. (2005). La investigación-acción. En La investigación acción. Conocer y cambiar la práctica educativa. (23-38). Barcelona: Graó.
- Imbernón, F (1994). Propuestas de formación para una nueva cultura profesional. En La formación y el desarrollo profesional del profesorado. Hacia una nueva cultura profesional. Graó: Barcelona. 

-  Brockbank, A. y Mcgill, I (2002): Desarrollo de la práctica reflexiva: el diálogo reflexivo del docente con sus colegas. Morata, Madrid. (Pp. 128-146).

Reflexión Ana Raposo Contreras


 REFLEXIÓN FINAL
La innovación educativa
   
        En este documento dejo reflejado todos los contenidos trabajados en la asignatura, haciendo más hincapié en qué es la innovación educativa y qué es necesario para llegar a ella. Tras realizar un análisis pormenorizado de los textos y de la teoría vista en clase, he formado mi propia reflexión sobre este tema.

Según el texto de Carbonell Sebarroja, J. (2001). El profesorado y la innovación educativa podemos entender la innovación como un proceso largo en el que se pretende cambiar e introducir cambios en la educación, en la práctica docente. No se trata de modernizar la educación, sino tratar de mejorarla mediante intervenciones y transformaciones que estén encaminadas al correcto desarrollo tanto integral como académico de los niños, para que estén preparados para la vida misma, y sobre todo, para que la eficacia docente sea realmente eficaz.

En todo este desarrollo, el profesor juega un papel muy significativo, más bien fundamental, ya que el cambio educativo depende de lo que los profesores hacen y dicen. Son una de las personas más importantes que interviene en el desarrollo del niño y las que le acompañan en casi toda su vida en el viaje por el continente del saber.

Dicho esto, para que el proceso de innovación se lleve a cabo en los centros educativos,  es necesario que  el docente esté cualificado y que tenga claro que la educación es un cambio constante que se renueva con el paso del tiempo, por lo que cabe preguntarnos; ¿Qué cualidades debe tener un profesor innovador? Bien, a mi juicio creo que lo principal y lo más importante es que el docente tenga una mente abierta, ya que como he dicho anteriormente, la educación está en constante renovación y el educador como tal, debe sumergirse a ese cambio para poder adaptarse a los nuevos tiempos y responder eficazmente a las necesidades del alumnado. Otra característica imprescindible es que reflexione sobre la acción, el docente innovador actúa pensando y piensa mientras está actuando, de manera que cada paso que da, realiza un análisis y un proceso de evaluación para detectar posibles errores en su aplicación y mejorarlos en la siguiente. De nada sirve contar con educadores que tengan experiencia si durante toda su vida han seguido la misma metodología y no han sido capaces de reflexionar y autocriticar sobre su práctica como docentes.

Esta fase de reflexión podríamos calificarla como una estrategia docente, estrategia que el educador lleva a cabo con la colaboración de los demás agentes implicados en la educación, de tal manera que juntos analizan y buscan mediante preguntas y respuestas, las soluciones ante posibles incidentes críticos que los profesores se pueden encontrar en sus aulas (triadas reflexivas).

A parte de reflexionar sobre la acción, también es necesario investigar sobre la acción para poder llegar a una educación innovadora, ya que la enseñanza es una actividad investigadora que no está regida por leyes científicas que condicionan la educación, Sino que es la práctica junto con la teoría la que nos muestra la verdadera realidad de la docencia.

No podemos afirmar que un método de trabajo es exitoso sin haberlo llevado a la práctica anteriormente, por ello tanto teoría como práctica tienen que ir de la mano, y el profesor debe asumir en todo momento el papel de investigador, para que identifique, analice y de respuesta a los problemas educativos a través de la práctica.

El rol de investigador asumido por el profesor, no solo es bueno para los alumnos, (ya que favorece que la práctica educativa se adapte a ellos y a sus necesidades), también es bueno para el propio docente porque ser investigador contribuye a la constitución del desarrollo profesional del mismo, ya que implica desarrollar constantemente nuevos conocimientos en relación a los cambios que se producen en la sociedad. Se mantiene en formación continua, por lo que favorece a una mejor práctica profesional.

Por último, otro aspecto que se debería tener en cuenta para que la innovación en el aula sea posible es que el profesor adquiera un papel de guía y abandone el del mero instructor de conceptos,  dejando a los niños que experimenten mediante el trabajo a través de proyectos, de tal manera que sean ellos los protagonistas de su propio aprendizaje, que aprendan unos de otros,  no sean simples receptores de información y se trabajen todas las áreas de su desarrollo, dejando a un lado la metodología tradicional y apostando por nuevos métodos sencillos, y sobretodo prácticos que motiven al alumnado y trabajen las dificultades de los mismos, potenciando sus habilidades.

Esto solo es posible si logramos la renovación tanto del pensamiento docente como de la legislación y organización de los centros educativos de nuestro país, que permitan una educación propia de la innovación, en la que el aprendizaje del alumnado sea más libre de tal forma que las aulas cerradas se transformen en espacios abiertos y heterogéneos en las que se trabajen por proyectos y todos aprendan de todos, no sólo del maestro, porque éste también tiene mucho que aprender como docente y debe estar en formación continua para saber que su papel no sólo es el de transmitir conocimientos, sino también el de preparar a los niños para la vida que les espera, la vida en la que sabrán desenvolverse si su profesor reflexiona, investiga y trabaja las capacidades que tienen sus alumnos, en definitiva, si su profesor es innovador.



martes, 17 de mayo de 2016

domingo, 15 de mayo de 2016

MAPA CONCEPTUAL "¿CÓMO LOGRAR LA INNOVACIÓN EDUCATIVA?"


Para conseguir la verdadera innovación en las aulas, pensamos que hace falta un cambio de mentalidad de la sociedad en general, que empiece por el docente. Este debe centrarse en la búsqueda de su desarrollo profesional a través del trabajo en equipo, para construir el conocimiento de manera cooperativa. También en las escuelas debe prevalecer la postura de indagación frente a la de liderazgo, creando para ello comunidades de investigación, en donde los profesores, teniendo en cuenta a toda la comunidad educativa, creen un diálogo reflexivo con el objetivo de ajustar la teoría a la práctica, aplicando para ello cambios en los maestros,  en los estudiantes y en el clima social de la escuela (familias, equipo directivo, otras instituciones).

Los maestros deberán adoptar una actitud indagadora y observadora en su día a día, además de tomar una visión cuestionadora y transformadora, que promueva el cambio social y el crecimiento  tanto individual como colectivo de los docentes y del alumnado.

Nos parece igual de necesario una reforma de la cultura de las instituciones que cree un cambio en la educación: un nuevo currículum más real en el que se tenga en cuenta las experiencias, que luche por la igualdad y por el cambio social, dejando a un lado las ideas tradicionales que nos estancan y promoviendo otras que estén más comprometidas con la sociedad del futuro.






domingo, 8 de mayo de 2016

Hoja de trabajo número 4

EL PROFESOR COMO INVESTIGADOR
1.- Reflexiona sobre el “profesorado como investigador” y cómo influye su formación en los procesos de innovación. ¿Debe poseer unas cualidades específicas?
El” profesorado como investigador” se refiere a la creación y puesta en marcha en los centros de un nuevo modelo de pensamiento de profesor, en el que educadores y maestros, se caracterizan por cuestionarse lo que están enseñando y las condiciones en las que lo hacen, tienen bien desarrollada la capacidad para darse cuenta de aquello que no funciona bien y por ello buscan las mejores estrategias para mejorarlo. Los profesores investigadores, llevan a la práctica las propuestas teóricas, intentan ser observadores y reflexivos en todo momento, son capaces de adaptar los contenidos y los materiales que está utilizando a las características y los gustos individuales de sus alumnos y además muestran gran facilidad de adaptación ante las diferentes situaciones y necesidades que se puedan dar en el aula.
Desde nuestro punto de vista, consideramos que para que un profesor llegue a ser un docente investigador, debe haberse formado lo suficiente, como para desarrollar en él las siguientes características:
  - Observador de todo aquello que ocurre fuera y dentro del aula, reconoce las necesidades del alumnado, sabe aprovechar eficazmente las situaciones y los recursos con los que cuenta. Recoge datos  que analiza posteriormente, pide opinión de otros compañeros, plantea hipótesis, reflexiona de manera sistemática, buscando constantemente su propia evolución como maestro.
  -  Cuestionador de su práctica docente, es crítico, indaga y no se conforma; se interroga sobre su papel en el aula, los objetivos de la enseñanza, revisa metodologías y contenidos, analiza las estrategias que sigue, etc. En resumen, el profesor debe cuestionarse sobre todo lo que dice y hace, en búsqueda de mejorar su docencia.
 - Reflexivo e indagador, de su práctica, siendo capaz de integrar todos sus conocimientos para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula. (Debe saber detectar los problemas o dificultades para intervenir sobre ellos mediante la reflexión).
Integrador; es capaz de integrar todos sus conocimientos, teorías, valores, reflexiones, etc., para afrontar mejor las situaciones de enseñanza en el aula.
Investigador: indaga y se forma constantemente, tiene la motivación por integrar la investigación-docencia. Tiene como propósito unir la teoría con la práctica, la investigación y la acción, y el saber con el hacer.
Innovador: no se conforma con lo ya establecido, aprovecha los recursos de los que dispone y los emplea para mejorar su práctica educativa, enfocándose en crear una enseñanza más adaptada y eficiente para sus alumnos.
 Agente activo: el profesor tiene más control sobre su práctica profesional, logrando así mayor autonomía, él mismo es el encargado de indagar para transformar su práctica.
Práctico: intenta que en sus clases la teoría se una con la práctica, fomentando las actividades experienciales y manipulativas en las que se asimilen mejor los conocimientos teóricos dando mayor protagonismo al  alumnado.


2. ¿Existe relación entre enseñanza e investigación?
Según los artículos de Latorre (2005), actualmente existen dos maneras de entender la relación entre enseñanza e investigación:
  -La enseñanza como actividad técnica. Describen la enseñanza como un proceso racional y tecnológico, que busca conseguir los objetivos educativos que se establecen institucionalmente. Da importancia a la aplicación de teorías científicas, al conocimiento científico y a los problemas de la práctica.
Determina que la enseñanza es una actividad lineal, donde la conducta del profesor es la causa y los aprendizajes del alumnado sus efectos. Ven al profesor como algo técnico que tiene como misión principal el poner en acción los descubrimientos de la investigación tradicional, sin pretender que se esfuercen en ir más allá.
La investigación en esta concepción está enfocada hacia el análisis de las prácticas docentes y los efectos que tienen en sus estudiantes.
Consideran al docente eficaz a aquel que consigue adquirir una serie de competencias; habilidades, conocimientos, metodologías, etc. que le permiten crear una enseñanza más eficiente.
 - La enseñanza como actividad investigadora. Desde este enfoque se contempla la enseñanza como una actividad investigadora y se define la investigación como una actividad autorreflexiva que deben realizar los profesores en la búsqueda de mejorar su práctica educativa.
Esta perspectiva va más allá de considerar la enseñanza como algo técnico (que consiste simplemente en aplicar la teoría) sino que constituye un proceso reflexivo, en el que el docente debe analizar su propia práctica educativa, ya que no hay nadie mejor que ellos (que son los que llevan el día a día en el aula), para darse cuenta de sus errores cometidos, analizarlos, y establecer posibles cambios que pueden realizar para mejorar su práctica docente.
En este enfoque considera que los profesores son los principales agentes de la eficacia educativa, ya que son ellos los más indicados para transformar su propia práctica educativa, a través de la reflexión y la autoevaluación crítica, para potenciar los aspectos positivos de su práctica educativa y cambiar los aspectos negativos detectados, en búsqueda de mayor efectividad docente. Por eso Latorre (2005) cree que el cambio de la escuela, consiste en la modificación del docente actual (de pensamiento atrasado y poco crítico-reflexivo), por uno que sepa investigar, reflexionar y analizar su propia práctica para remendar sus errores, buscando las alternativas que se adapten mejor a los recursos con los que cuenta, sus alumnados, el centro, etc.

Y ¿entre teoría y práctica?
Hasta ahora, en la escuela tradicional se daba una mayor importancia a los conceptos teóricos recogidos en el currículo de educación, dejando la parte práctica en un segundo plano. Se trabajaba por un lado la teoría y por otro la práctica. Para que se pueda dar la figura de un profesor innovador, explorador y reflexivo, es importante que este sepa que práctica y teoría están interrelacionadas y se han de trabajar de forma conjunta, ya que cuando realizamos una práctica educativa, es de gran importancia  establecer una serie de pautas y conceptos adquiridos mediante la teoría.  Todo esto se conoce como práctica creativa, la cual debemos utilizar como futuras profesionales de la educación, si queremos innovar, y para ello debemos investigar y experimentar trabajando con teoría y práctica de una forma conjunta e interrelacionada.


3. Qué podemos decir sobre la investigación – acción. ¿Es un proceso cíclico o lineal? Justifícalo.
Según define Latorre (2005) en su artículo “La investigación-acción”, la investigación-acción se puede considerar como un término que hace referencia a una amplia gama de estrategias realizadas para mejorar el sistema educativo y social.
Podemos decir que es una forma de investigación por parte de los profesores con la finalidad de mejorar su práctica educativa a través de ciclos de acción e investigación.
Como ya hemos dicho anteriormente el proceso de investigación acción es un proceso cíclico ya que para que esto se produzca el profesor o maestro primero investiga sobre un tema, crea materiales y recursos para poder llevarlos a la práctica y pasa a la acción educativa.
Para poder llevar a cabo esta investigación y esta acción el profesor tiene que estar en continua formación para no quedarse obsoleto en sus conocimientos y en su forma de impartir las clases. Estos tres procesos, investigación, acción y formación es un ciclo y debe darse continuamente. Uno sin los otros no podría producirse.


4. ¿Qué es el conocimiento educativo y cuáles son sus características?
Según el texto de Latorre, A (2005), el conocimiento educativo  es un conjunto de teorías, enfocadas en los saberes de la educación y en los valores educativos, creados a partir de técnicas que reflexionan sobre la práctica docente. También está caracterizado por la habilidad para manejar los procesos de interacción en el aula,  así como el saber hacer frente a los posibles  problemas que se pueden presentar en la misma. Es de carácter práctico, situacional y dialógico.
En definitiva, es un conocimiento que se utiliza como apoyo para manejar la complejidad del aula y para resolver diferentes situaciones  que plantea la enseñanza; está  basado en la experiencia y orientado en la práctica.
Bruce y Russell (1992) reflejan en el texto las diferentes características del conocimiento educativo:
  • Es generado desde la práctica y a través del diálogo.
  • Es construido por el profesorado al investigar su práctica.
  • Describe lo que ocurre cuando los docentes tratan de lograr o mejorar los aprendizajes el alumnado.
  • Se adquiere de la experiencia al reflexionar sobre los métodos y técnicas  llevadas al cabo en el aula.
  • Es de naturaleza dialéctica, se prueba y se lleva a la práctica a través del diálogo.


5. ¿Qué significa racionalidad técnica y reflexión en acción?
  • Racionalidad técnica: Mantiene la visión  del profesorado como un experto técnico, un usuario de saber que lleva a la práctica, la teoría  científica para la resolución  de los problemas, ya que la racionalidad técnica complementa la teoría  con la práctica,  la investigación con la acción y el saber con el hacer. Se dice que este tipo de racionalidad es un proceso  limitado, ya que  como se ha dicho anteriormente, utiliza la teoría como único  recurso para la resolución de situaciones  problemáticas y para llegar a los fines educativos, no se puede proyectar la teoría  en la práctica  sin más,  ya que el trabajo profesional también es una actividad humana práctica  y reflexiva que no puede estar considerada sólo como un proceso técnico.
  • Reflexión en acción: Según Schön (1992) consiste en analizar las actividades  profesionales  prácticas, las cuales son de naturaleza incierta, inestable y se dan conflictos  de valor. El docente es una persona práctica  y reflexiva  que redefine las situaciones  problemáticas  en el aula; reflexiona en la acción y mediante esa reflexión construye nuevas estrategias de acción. Este autor mantiene la posición  de que la reflexión en acción es la epistemología más adecuada para el estudio de las mismas, ya que este proceso capacita una mejor comprensión  del conocimiento y ayuda a los profesionales a conocer mejor las situaciones problemáticas que se dan en el aula, ya que al actuar en la acción, éstos construyen su propio conocimiento  educativo.

 6. Qué preguntas o reflexiones te surgen.
Después de leer estos textos y reflexionar profundamente sobre ellos hemos llegado a la conclusión de que si queremos un cambio en la educación y en nuestra futura práctica educativa, debemos propiciarlo a través de la innovación y de la puesta en práctica de todos los cambios educativos que estamos aprendiendo ya que somos los futuros profesionales de la educación.

BIBLIOGRAFÍA
 Latorre, A. (2005). El profesorado como investigador. En La investigación acción. Conocer y cambiar la práctica educativa. (7-21). Barcelona: Graó.
- Latorre, A. (2005). La investigación-acción. En La investigación acción. Conocer y cambiar la práctica educativa. (23-38). Barcelona: Graó

- Imbernón, F (1994). Propuestas de formación para una nueva cultura profesional. En La formación y el desarrollo profesional del profesorado. Hacia una nueva cultura profesional. Graó: Barcelona. 



¿Podremos algún día llegar a ser verdaderas docentes innovadoras?