Para
conseguir la verdadera innovación en las aulas, pensamos que hace falta un
cambio de mentalidad de la sociedad en general, que empiece por el docente.
Este debe centrarse en la búsqueda de su desarrollo profesional a través del
trabajo en equipo, para construir el conocimiento de manera cooperativa.
También en las escuelas debe prevalecer la postura de indagación frente a la de
liderazgo, creando para ello comunidades de investigación, en donde los
profesores, teniendo en cuenta a toda la comunidad educativa, creen un diálogo
reflexivo con el objetivo de ajustar la teoría a la práctica, aplicando para
ello cambios en los maestros, en los
estudiantes y en el clima social de la escuela (familias, equipo directivo, otras
instituciones).
Los
maestros deberán adoptar una actitud indagadora y observadora en su día a día,
además de tomar una visión cuestionadora y transformadora, que promueva el
cambio social y el crecimiento tanto
individual como colectivo de los docentes y del alumnado.
Nos
parece igual de necesario una reforma de la cultura de las instituciones que
cree un cambio en la educación: un nuevo currículum más real en el que se tenga
en cuenta las experiencias, que luche por la igualdad y
por el cambio social, dejando a un lado las ideas tradicionales que nos
estancan y promoviendo otras que estén más comprometidas con la sociedad del
futuro.
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