REFLEXIÓN FINAL
En primer lugar, quiero comenzar mi
reflexión definiendo la palabra Innovación y a su vez innovar, para poder así
comprender el resto de mis palabras.
Según el diccionario WordReference,
innovación es alterar las cosas introduciendo novedades, esas novedades son cosas nuevas,
que antes no existían, no se usaban o no se conocían.
En relación a lo anterior descrito, la
educación actual debe ser orientada hacia ese campo innovador, se deben
realizar una serie de cambios para conseguir una educación de calidad adaptada
a las características individuales de cada uno de nuestros niños.
En la actualidad, numerosos docentes ya
practican una educación innovadora en la que se incluye el trabajo colaborativo
y cooperativo. Esta práctica consiste en el trabajo de los alumnos en equipos
de 3-5 componentes por grupo, esto ayuda no solo al niño en su propio
aprendizaje individualizado sino también al resto del grupo que desarrollan sus
capacidades conjuntas.
Para que un proyecto educativo sea innovador debe
poseer las siguientes características:
o
Existencia de una práctica
creativa en la que relacionemos la teoría con la práctica, puesto que ambas son
muy importantes para poder realizar un mejor trabajo en nuestra aula.
o
Basarse en la
enseñanza-investigación, reforzando la importancia de la investigación en los
docentes para poder avanzar como profesionales y así ayudar a los niños/as.
o
Profesor como mediador de
sus alumnos, ofreciéndoles las oportunidades e instrumentos necesarios para un
mayor desarrollo de sus capacidades, y para ello el profesor debe estar lo
suficientemente formado.
o
Trabajar inteligencias
múltiples, es decir, trabajar todas las inteligencias de los niños/as de forma
individualizada, potenciando en cada uno de los niños la inteligencia que
destaque, y no únicamente en la inteligencia tradicional.
o
El aula debe ser
confortable y manejable para que los niños/as puedan realizar trabajos
colaborativos.
Para que un maestro llegue a
impartir clases innovadoras y que funcionen debe reflexionar constantemente
sobre su práctica educativa. Si un maestro no se autoevalúa y reflexiona sobre
lo que está haciendo bien para reforzarlo y sobre lo que está haciendo mal para
mejorarlo, no se llegará nunca a realizar una práctica educativa innovadora de
verdad.
Si el educador quiere que esta
reflexión surja efecto, es muy importante que exista una relación muy estrecha
entre los alumnos y el profesor. Para que esta relación sea fructífera debemos:
o Escuchar
a los niños dedicándoles el tiempo necesario para resolver cualquier duda que
les pueda aparecer.
o Observar
a cada uno de nuestros alumnos en los diferentes momentos en los que está
experimentando, para poder brindar soluciones a distintos problemas que puedan
ir apareciendo.
o Conseguir
que nuestra aula presente un clima de confianza y seguridad para que los niños
se sientan cómodos y motivados para experimentar y por tanto aprender.
Todo esto nos lleva a
que el profesorado no sea pasivo en las aulas, sino que sea un mediador entre
sus alumnos y el aprendizaje de estos, aportándoles diferentes instrumentos que
llevarán a un mayor aprendizaje y desarrollo de los mismos. Para ello debemos
innovar y no basarnos en dar una clase tradicional donde se enseñen conceptos y
deban aprenderlos.
La reflexión no es sólo una práctica
docente, sino que es aquella práctica válida para todo ser humano. Del mismo
modo que una persona reflexiona sobre sus actuaciones en un momento determinado
de su vida, el docente tiene que reflexionar
sobre aquellos momentos en el aula, en los cuales ha puesto más empeño
para que sus alumnos aprendieran o en lo que su explicación no ha salido como
esperaba. Ser docente implica un constante pensamiento en el trabajo, una
preparación previa de las clases para que los alumnos aprendan aquello que les
queremos enseñar.
A parte de reflexionar, para que un proyecto
educativo sea innovador ha de cambiar el método de impartirse, como innovación
en este ámbito creo que es muy importante el trabajo en el aula a través de Proyectos
de todas las materias que se imparten en los centros. Gracias a este trabajo
por Proyectos, estamos llevando a cabo una metodología innovadora que mejora
nuestros centros y por tanto la educación de nuestros alumnos.
Al trabajar por proyectos los alumnos
aprenden investigando, experimentando y viviendo cada uno de los procesos de
enseñanza-aprendizaje, además de contar con el extra indispensable de nacer de
sus propios intereses e inquietudes, y es precisamente por esto por lo que son
tan importantes y ofrecen tan buenos resultados. Sin embargo, para trabajar
correctamente en esta línea se necesita de una implicación total de los
maestros. Es necesario un gran trabajo de elaboración, preparación de
materiales y recursos y, como no, de evaluación.
Trabajando en esta línea también se
favorecen las relaciones sociales y, con ellas, normas sociales de convivencia
y valores tan importantes como la cooperación y el respeto, ya que los
proyectos facilitan el trabajo en pequeños grupos y, por tanto, les ayuda a
aprender a organizar el trabajo, las ideas y a repartir responsabilidades.
Para que todo esto sea posible el
tutor del aula debe estar inmerso en un proceso constante de investigación-acción.
Como hemos leído en los artículos proporcionados en clase, Según los de Latorre
(2005), actualmente existen dos maneras de entender la relación entre enseñanza
e investigación:
o La enseñanza como actividad técnica.
Este punto de vista nos muestra que la enseñanza es una actividad siempre igual
en la que el profesor sigue unas conductas llamadas causas para desencadenar
unos aprendizajes en los alumnos, es decir, causa una serie de efectos en estos.
o La enseñanza como actividad
investigadora. En este caso la actividad de la enseñanza no consiste en
seguir unas reglas marcadas por las instituciones, sino reflexionar sobre la
propia práctica que como maestros estamos llevando a cabo y aprender de ello.
Para poder llevar a cabo esta
investigación y esta acción el profesor tiene que estar en continua formación
para no quedarse obsoleto en sus conocimientos y en su forma de impartir las
clases. Estos tres procesos, investigación, acción y formación es un ciclo y
debe darse continuamente. Uno sin los otros no podrían producirse.
BIBLIOGRAFÍA
- Latorre, A. (2005). El profesorado
como investigador. En La investigación acción. Conocer y cambiar la práctica
educativa. (7-21). Barcelona: Graó.
- Latorre, A. (2005). La
investigación-acción. En La investigación acción. Conocer y cambiar la práctica
educativa. (23-38). Barcelona: Graó.
- Imbernón, F (1994). Propuestas de
formación para una nueva cultura profesional. En La formación y el desarrollo
profesional del profesorado. Hacia una nueva cultura profesional. Graó:
Barcelona.
- Brockbank,
A. y Mcgill, I (2002): Desarrollo de la práctica reflexiva: el diálogo reflexivo
del docente con sus colegas. Morata, Madrid. (Pp. 128-146).
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