REFLEXIÓN FINAL
La innovación
educativa
En este documento dejo reflejado todos
los contenidos trabajados en la asignatura, haciendo más hincapié en qué es la
innovación educativa y qué es necesario para llegar a ella. Tras realizar un
análisis pormenorizado de los textos y de la teoría vista en clase, he formado
mi propia reflexión sobre este tema.
Según el texto de Carbonell
Sebarroja, J. (2001). El profesorado y la
innovación educativa podemos entender la innovación como un proceso largo
en el que se pretende cambiar e introducir cambios en la educación, en la
práctica docente. No se trata de modernizar la educación, sino tratar de
mejorarla mediante intervenciones y transformaciones que estén encaminadas al
correcto desarrollo tanto integral como académico de los niños, para que estén
preparados para la vida misma, y sobre todo, para que la eficacia docente sea
realmente eficaz.
En todo este desarrollo, el
profesor juega un papel muy significativo, más bien fundamental, ya que el
cambio educativo depende de lo que los profesores hacen y dicen. Son una de las
personas más importantes que interviene en el desarrollo del niño y las que le
acompañan en casi toda su vida en el viaje por el continente del saber.
Dicho esto, para que el proceso
de innovación se lleve a cabo en los centros educativos, es necesario que el docente esté cualificado y que tenga claro que
la educación es un cambio constante que se renueva con el paso del tiempo, por
lo que cabe preguntarnos; ¿Qué cualidades debe tener un profesor innovador?
Bien, a mi juicio creo que lo principal y lo más importante es que el docente
tenga una mente abierta, ya que como he dicho anteriormente, la educación está
en constante renovación y el educador como tal, debe sumergirse a ese cambio
para poder adaptarse a los nuevos tiempos y responder eficazmente a las
necesidades del alumnado. Otra característica imprescindible es que reflexione
sobre la acción, el docente innovador actúa pensando y piensa mientras está
actuando, de manera que cada paso que da, realiza un análisis y un proceso de
evaluación para detectar posibles errores en su aplicación y mejorarlos en la
siguiente. De nada sirve contar con educadores que tengan experiencia si
durante toda su vida han seguido la misma metodología y no han sido capaces de
reflexionar y autocriticar sobre su práctica como docentes.
Esta fase de reflexión podríamos
calificarla como una estrategia docente, estrategia que el educador lleva a
cabo con la colaboración de los demás agentes implicados en la educación, de
tal manera que juntos analizan y buscan mediante preguntas y respuestas, las
soluciones ante posibles incidentes críticos que los profesores se pueden
encontrar en sus aulas (triadas reflexivas).
A parte de reflexionar sobre la
acción, también es necesario investigar sobre la acción para poder llegar a una
educación innovadora, ya que la enseñanza es una actividad investigadora que no
está regida por leyes científicas que condicionan la educación, Sino que es la
práctica junto con la teoría la que nos muestra la verdadera realidad de la
docencia.
No podemos afirmar que un método
de trabajo es exitoso sin haberlo llevado a la práctica anteriormente, por ello
tanto teoría como práctica tienen que ir de la mano, y el profesor debe asumir
en todo momento el papel de investigador, para que identifique, analice y de
respuesta a los problemas educativos a través de la práctica.
El rol de investigador asumido
por el profesor, no solo es bueno para los alumnos, (ya que favorece que la
práctica educativa se adapte a ellos y a sus necesidades), también es bueno
para el propio docente porque ser investigador contribuye a la constitución del
desarrollo profesional del mismo, ya que implica desarrollar constantemente
nuevos conocimientos en relación a los cambios que se producen en la sociedad.
Se mantiene en formación continua, por lo que favorece a una mejor práctica
profesional.
Por último, otro aspecto que se
debería tener en cuenta para que la innovación en el aula sea posible es que el
profesor adquiera un papel de guía y abandone el del mero instructor de
conceptos, dejando a los niños que
experimenten mediante el trabajo a través de proyectos, de tal manera que sean
ellos los protagonistas de su propio aprendizaje, que aprendan unos de
otros, no sean simples receptores de
información y se trabajen todas las áreas de su desarrollo, dejando a un lado la
metodología tradicional y apostando por nuevos métodos sencillos, y sobretodo
prácticos que motiven al alumnado y trabajen las dificultades de los mismos,
potenciando sus habilidades.
Esto solo es posible si logramos
la renovación tanto del pensamiento docente como de la legislación y
organización de los centros educativos de nuestro país, que permitan una
educación propia de la innovación, en la que el aprendizaje del alumnado sea
más libre de tal forma que las aulas cerradas se transformen en espacios
abiertos y heterogéneos en las que se trabajen por proyectos y todos aprendan
de todos, no sólo del maestro, porque éste también tiene mucho que aprender
como docente y debe estar en formación continua para saber que su papel no sólo
es el de transmitir conocimientos, sino también el de preparar a los niños para
la vida que les espera, la vida en la que sabrán desenvolverse si su profesor
reflexiona, investiga y trabaja las capacidades que tienen sus alumnos, en
definitiva, si su profesor es innovador.
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