REFLEXIÓN FINAL
El viaje que comenzamos hace cuatro
meses por el mundo de la innovación, llega a su fin. Creo que después de este
tiempo, se nos ha abierto un universo del que será difícil escapar, ya que
nuestros pensamientos ahora se derivan hacía un cambio en la educación, sobre
todo en los que componen esta y en el papel que ocupa el profesor en este
proceso.
Cuando empezamos las clases de innovación, la profesora nos
preguntó que esperábamos de esta asignatura y que era para nosotros innovar. En
ese momento, en el que no tenía ninguna idea sobre este tema, pensaba que
estaba dirigido a las nuevas tecnologías en el aula o a materiales innovadores
que nos servirían para enseñar a los niños de una manera distinta.
Ahora sé que no solo es eso, sé que implica mucho más. Para
mí la innovación en el aula es ir más allá de lo material, es hacer crecer a
los niños con distintas técnicas, en las que son participes ellos mismos. Estos
promueven su propio aprendizaje, gracias a la ayuda de un docente, que les
guiará en su camino hacia una educación más completa y reflexiva.
La innovación en el aula compromete a toda la comunidad
educativa, pero creo que todo empieza desde el docente que educa a los niños en
el aula. Este concepto implica un cambio de mentalidad, para la renovación de
la educación. El docente es una pieza clave en el desarrollo de los niños. Este
debe promover el trabajo en equipo, así conseguirá un aprendizaje cooperativo,
les debe estimular y motivar para sacar el máximo rendimiento posible. También
debe fijarse en las capacidades individuales de cada alumno y conseguir un
aprendizaje equitativo, que cada niño aprenda a su propio ritmo y según sus
necesidades.
La formación del profesor también es clave para conseguir una
educación innovadora, ya que este debe estar formándose constantemente, debe
ser crítico y no conformarse con simples objetivos, debe ir más allá, construir
nuevos aprendizajes. También debe contar con la ayuda o el apoyo de las
familias y la comunidad educativa. Estos serán fundamentales para un buen
desarrollo personal y profesional. Es muy importante que el profesor tenga el
papel de guía y que sea observador, sin olvidar lo fundamental que es la
investigación-acción que realiza el mismo.
Otro factor a tener en
cuenta, es la reflexión como estrategia docente. En mi opinión es fundamental
hacer reflexionar a los niños en el aula. Es una forma de hacerles participe en
su propio aprendizaje y de que ellos mismos se den cuenta de esto. Creo que la
reflexión en los alumnos incita a querer aprender más, también a que sean más
autónomos y más seguros de sí mismos.
Por otro lado, también
es muy importante que esta reflexión sea compartida, tanto con los iguales como
con el profesor o familia. A través de esta, niños y adultos aprenderán unos de
otros. A veces, algunas personas creen que de los niños no se puede aprender
nada y están muy equivocados. Estos son capaces de reflexionar como personas
mayores, pero para esto necesitan la estimulación que puede proporcionar su
entorno más próximo, con los que conviven día a día.
También el profesor,
deberá trabajar en conjunto con el equipo docente y familia, para resolver los
posibles problemas que presenten los niños.
Esta colaboración es
vital para el bueno desarrollo del niño durante las edades más tempranas. La
familia será un punto de apoyo muy importante en la educación de sus hijos, por
esto es tan importante su comunicación con el tutor de los niños. Estos deberán
compartir información sobre los pequeños, sus inquietudes, problemas,
pensamientos, etc. Para conseguir una educación más completa, que sea más
efectiva y duradera. El papel de las familias, será traspasar a los niños lo
aprendido en el colegio a su vida diaria, por lo que tendrán un doble
aprendizaje.
En el aula de infantil,
la investigación es otro elemento a tener en cuenta por el docente. Este debe
indagar distintas formas o métodos de enseñanza para conseguir un aprendizaje
más efectivo en sus alumnos. Las distintas formas de exploración para encontrar
nuevas tácticas que estimulen, motiven y eduquen a los niños, las debe
encontrar el propio maestro con su continuo reciclaje, debe estar en continua
formación como he dicho antes.
Una buena herramienta
puede ser la investigación acción, en la que el docente se enfrente a nuevas
situaciones a través de la reflexión. Con el análisis de las experiencias sobre
la práctica educativa, cada docente tendrá la capacidad de reflexionar sobre su
propio trabajo, planifique en que puede mejorar e intente actuar, introduciendo
mejoras en su metodología de enseñanza. Gracias a esto, saldrá beneficiada toda
la comunidad educativa, pero sobre todo los niños.
Después de trabajar en
clase temas muy diversos sobre la innovación y aprender los distintos conceptos
que engloban a esta, he podido percibir que los proyectos de innovación
curricular son imprescindibles para el día a día de los colegios. Creo que no
hay muchos colegios que utilicen programas innovadores en sus aulas y esto no
debería ser así, aun se trabaja de forma muy tradicional en algunos centros y
esto supone un retraso en la educación del futuro.
Está demostrado que
los colegios con proyectos innovadores obtienen mejores resultados, que los que
prescinden de ellos, por lo que habría que fomentar su uso. Este cambio
comienza con el cambio de mentalidad mencionado al principio de la reflexión.
En conclusión, el
cambio de la educación está en nuestras manos y nosotros como futuros docentes
debemos aprender nuevas formas para motivar el aprendizaje de los niños, muchos
de estos objetivos se conseguirán a través de la innovación en las aulas, para
ello se necesita interés y sobre todo ganas de investigar y crear una escuela
mejor, que nos lleve a una sociedad más satisfactoria. ¡¡Comencemos a innovar!!
Miriam Yusta Palero
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